SPLITTING en adolescentes: Las SEÑALES que toda familia DEBE conocer

El splitting es un mecanismo de defensa psicológico que puede manifestarse con particular intensidad durante la adolescencia, generando confusión y preocupación en las familias. Este fenómeno, caracterizado por la división de percepciones en extremos opuestos (bueno/malo, amor/odio), representa un desafío significativo en el desarrollo emocional de los jóvenes. Comprender sus manifestaciones, causas y estrategias de abordaje resulta fundamental para proporcionar el apoyo necesario durante esta etapa crítica del crecimiento.

¿Qué es el splitting?

El término splitting proviene originalmente del psicoanálisis y se refiere a la incapacidad de integrar aspectos contradictorios de uno mismo y de los demás. En lugar de percibir a las personas como seres complejos con cualidades positivas y negativas, quien experimenta splitting tiende a categorizarlas como completamente buenas o completamente malas, sin matices intermedios. Esta división mental crea una visión dicotómica de la realidad que puede resultar especialmente disruptiva durante la adolescencia, etapa ya de por sí marcada por intensas fluctuaciones emocionales.

Durante la adolescencia, el cerebro experimenta importantes cambios neurológicos que afectan la regulación emocional y el procesamiento de información social. La corteza prefrontal, responsable del juicio y control de impulsos, aún se encuentra en desarrollo, mientras que el sistema límbico, centro de las emociones, muestra alta actividad. Este desequilibrio neurobiológico puede predisponer a los jóvenes a pensamiento polarizado y respuestas emocionales extremas.

Manifestaciones del splitting en la adolescencia

Dos mujeres recostadas en cama splitting una conversación

Foto por Ayo Ogunseinde en Unsplash

Señales comportamentales

Las manifestaciones conductuales del splitting suelen ser las más evidentes para las familias. Un adolescente puede mostrar admiración extrema hacia una figura (un profesor, un amigo o incluso un familiar) considerándola perfecta en todos los aspectos, para luego, ante una decepción menor, despreciarla completamente y rechazar cualquier interacción. Estos cambios bruscos en las actitudes y preferencias suelen ocurrir sin aviso previo y con intensidad desproporcionada.

Otro comportamiento característico incluye la alternancia entre periodos de idealización y devaluación hacia los mismos padres. Un día pueden mostrarse cariñosos y dependientes, mientras que al siguiente pueden actuar con hostilidad y desdén, como si la relación anterior nunca hubiera existido. Esta inconsistencia relacional genera confusión y dolor en el entorno familiar, que lucha por comprender estas reacciones aparentemente inexplicables.

Señales emocionales

Emocionalmente, el splitting se manifiesta como una montaña rusa de afectos intensos y contradictorios. Los adolescentes pueden experimentar euforia extrema seguida de profunda desesperación, a veces dentro del mismo día. Esta labilidad emocional va más allá de los altibajos normales de la adolescencia, mostrando una calidad casi dramática en sus oscilaciones.

La autopercepción también se ve afectada por este mecanismo. Jóvenes que experimentan splitting pueden alternar entre sentirse omnipotentes y completamente ineptos, entre creerse especiales y únicos versus insignificantes y despreciables. Esta falta de una identidad integrada contribuye a su inestabilidad emocional y dificulta el desarrollo de una autoestima equilibrada.

Señales relacionales

En el ámbito social, el splitting se observa en patrones de relación caóticos e intensos. Las amistades pueden formarse rápidamente con devoción absoluta, para romperse abruptamente ante el menor conflicto o desacuerdo. Los adolescentes pueden tener dificultad para mantener amistades estables, ya que sus expectativas irreales sobre las relaciones chocan constantemente con la realidad de la imperfección humana.

Las relaciones familiares muestran patrones similares. Hermanos que antes eran aliados pueden convertirse en enemigos acérrimos por periodos prolongados. Los padres pueden ser idealizados como figuras protectoras y sabias en un momento, y demonizados como opresores e incompetentes al siguiente. ¿Cómo distinguir estos patrones de la rebeldía adolescente normal? La clave está en la intensidad, frecuencia y falta de matices en estas percepciones cambiantes.

Causas y factores desencadenantes

El desarrollo del splitting en la adolescencia rarely tiene una causa única. Investigaciones actuales sugieren que factores biológicos, psicológicos y sociales interactúan en su manifestación. La predisposición temperamental, experiencias tempranas de apego y el contexto sociofamiliar actual contribuyen a su aparición.

Desde una perspectiva neurobiológica, la adolescencia representa un periodo de reorganización cerebral significativa. La mielinización de las fibras nerviosas y la poda sináptica afectan la conectividad entre regiones cerebrales responsables de la regulación emocional y el pensamiento complejo. Esta reorganización puede exacerbar tendencias hacia el pensamiento dicotómico en jóvenes predispuestos.

Factores ambientales como el estrés familiar, cambios importantes (mudanzas, divorcios, pérdidas) o experiencias de bullying pueden desencadenar o intensificar patrones de splitting. La cultura contemporánea, con su énfasis en polarizaciones y categorizaciones simplistas, también puede contribuir a este fenómeno al modelar formas de pensamiento extremas.

Diferenciación del desarrollo adolescente normal

Es crucial distinguir el splitting patológico de las fluctuaciones emocionales normales de la adolescencia. Mientras que la mayoría de los adolescentes experimentan cambios de humor y actitudes variables, el splitting se caracteriza por su rigidez, intensidad y persistencia. La adolescencia normal incluye experimentación con identidades y opiniones, pero generalmente mantiene cierta continuidad en las relaciones significativas.

Un adolescente que desarrolla normalmente puede enfadarse con sus padres, pero conserva una base de afecto y respeto incluso durante los conflictos. En cambio, quien experimenta splitting puede borrar completamente los aspectos positivos de la relación durante los episodios de negatividad, actuando como si esos aspectos nunca hubieran existido. Esta falta de integración representa la diferencia fundamental.

Consecuencias e impacto

El splitting no abordado puede tener consecuencias significativas en el desarrollo adolescente. Académicamente, la inestabilidad emocional interfiere con la concentración y el rendimiento escolar. Socialmente, los patrones relacionales caóticos dificultan la formación de amistades estables y profundas, privando al adolescente de apoyos cruciales durante esta etapa.

Familiarmente, el splitting crea un ambiente de tensión e incertidumbre constante. Los miembros de la familia pueden sentirse caminando sobre cáscaras de huevo, anticipando el próximo cambio drástico en el estado de ánimo del adolescente. Esta dinámica puede llevar a patrones disfuncionales de comunicación y relación que perpetúan el problema.

A largo plazo, la persistencia del splitting into la adultez puede afectar significativamente la capacidad para mantener relaciones íntimas estables, desempeñarse laboralmente de manera consistente y desarrollar una identidad personal integrada. La tendencia a categorizar experiencias y personas en extremos opuestos limita la capacidad de navegar la complejidad inherente a la vida adulta.

Estrategias de apoyo familiar

Las familias juegan un papel crucial en ayudar a los adolescentes a superar el splitting. La consistencia emocional es fundamental: mantener una actitud estable y predecible frente a las oscilaciones del adolescente proporciona un modelo de regulación que eventualmente puede internalizar. Esto no significa tolerar comportamientos inapropiados, sino responder de manera calmada y consistente incluso ante la provocación.

La validación emocional combinada con redirección cognitiva resulta efectiva. Validar los sentimientos del adolescente («Entiendo que estés enfadado») mientras se cuestiona suavemente el pensamiento extremo («¿Realmente crees que soy completamente mala, o quizás estás enfadado por algo específico?») ayuda a introducir matices en su percepción. Este approach requiere paciencia y repetición constante.

Establecer límites claros sobre comportamientos aceptables mientras se mantiene flexibilidad en la expresión emocional crea un ambiente seguro para el desarrollo. Los adolescentes necesitan saber que sus emociones intensas son aceptadas, pero que ciertas formas de expresarlas (agresión, destrucción de propiedad) no son permitidas. Esta distinción ayuda a separar la experiencia emocional interna del comportamiento externo.

Cuándo buscar intervención profesional

Aunque muchas familias pueden manejar episodios leves de splitting con estrategias adecuadas, ciertas señales indican la necesidad de intervención profesional. Cuando los patrones de pensamiento extremo interfieren significativamente con el funcionamiento académico, social o familiar, o cuando se acompañan de comportamientos autodestructivos, es momento de buscar ayuda especializada.

La terapia dialéctica conductual ha demostrado particular efectividad para adolescentes que experimentan splitting intenso, focusing en el desarrollo de habilidades de regulación emocional, tolerancia al malestar y efectividad interpersonal. Otras approaches terapéuticas como la terapia familiar sistémica o la terapia basada en mentalización también pueden ser beneficiosas según las características específicas del adolescente y su contexto.

El pronóstico para adolescentes que reciven intervención temprana y apropiada es generalmente positivo. Con apoyo consistente y estrategias efectivas, la mayoría logra desarrollar gradualmente capacidad para integrar experiencias contradictorias y percepciones matizadas de sí mismos y los demás. Este proceso de integración representa un logro developmental crucial que sienta las bases para una adultez emocionalmente saludable.

El splitting en adolescentes representa un desafío emocional significativo caracterizado por pensamiento extremo y percepciones dicotómicas. Identificar sus manifestaciones permite a las familias proporcionar apoyo adecuado mediante consistencia emocional, validación y establecimiento de límites claros. La intervención profesional resulta crucial cuando estos patrones afectan el funcionamiento cotidiano, con pronóstico generalmente positivo mediante approaches terapéuticos específicos.

Imagen de Carolina Herraiz

Carolina Herraiz

Desde que tengo memoria, me ha fascinado descifrar los hilos invisibles que tejen nuestras emociones, decisiones y sueños. Cuando no estoy escribiendo, me encontrarás leyendo algún libro de neurociencia, tomando café de más o con mi amiga perruna Kira

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