El acosador psicológico opera con tácticas sutiles que erosionan la autoestima, siendo clave reconocer patrones como desvalorización constante o gaslighting. Recuperarse requiere apoyo profesional y redes sólidas, mientras la prevención debe enfocarse en educación emocional temprana. Identificar estas dinámicas tóxicas a tiempo puede evitar daños profundos a la salud mental.