Las narrativas feministas en América Latina emergen de resistencias históricas indígenas, africanas y populares que desafiaron estructuras coloniales y patriarcales. Su evolución muestra cómo estos movimientos transformaron no solo leyes e instituciones sino también la psicología social y las identidades colectivas, creando un feminismo diverso, interseccional y profundamente enraizado en las luchas anticoloniales y antirracistas de la región.